El juego es una actividad fundamental en la infancia, no solo como una forma de diversión, sino también como una herramienta de aprendizaje y desarrollo. Patricia Sarlé, reconocida experta en educación y juegos, nos invita a comprender la importancia del juego desde diferentes perspectivas y sentidos.
La mirada de Sarlé sobre el juego
Según Sarlé, es fundamental diferenciar entre mirar y observar el juego de los niños. Mirar implica prestar atención a lo que los niños hacen, dicen y juegan, otorgándole un sentido particular. Como educadores, es importante estar atentos a estas acciones y comprender el valor que el juego tiene en el desarrollo de los niños.
Sarlé también nos invita a reflexionar sobre los espacios en los que los niños juegan. No se trata solo del espacio físico, sino de cómo vivimos y experimentamos ese espacio. Los espacios interiores y exteriores, como las escuelas infantiles y los centros de Primera Infancia, tienen un impacto significativo en las experiencias de juego de los niños.
El juego como construcción de sentido
Los niños pequeños experimentan y exploran el entorno de manera diferente a los adultos. Necesitan acercarse al conocimiento y al entorno simbólico de una manera única, y el juego se convierte en una herramienta fundamental para ello. A través del juego, los niños utilizan símbolos, representan y transforman su forma de ver el entorno.
El juego no solo es un derecho de los niños, sino también una actividad rectora de la infancia. Es a través del juego que los niños construyen sentido sobre la realidad y desarrollan habilidades cognitivas y sociales. Sarlé destaca la importancia de brindar a los niños la oportunidad de jugar y explorar de manera segura, sin limitar sus experiencias por miedo al riesgo.
El espacio como tercer educador
En su enfoque, Sarlé se basa en la perspectiva reggiana que considera al espacio como el tercer educador. Los lenguajes expresivos y poéticos juegan un papel fundamental en los procesos de aprendizaje, y se busca redefinir la percepción estética como una estrategia cognitiva.
Además, Sarlé introduce el concepto de lugaridad, que se refiere al significado que otorgamos a los lugares y cómo estos lugares influyen en nuestras experiencias. La escuela no debe ser vista solo como un entorno preparatorio para la vida, sino como un lugar donde se vive y se experimenta.
Reflexiones sobre los espacios públicos y el juego
Sarlé también nos invita a reflexionar sobre los espacios públicos destinados a las infancias. En muchos casos, estos espacios han sufrido transformaciones para evitar riesgos y peligros, lo que ha llevado a la desaparición de elementos como los areneros y los toboganes altos. Estas transformaciones generan uniformidades y estándares en la arquitectura y los dispositivos lúdicos, limitando las posibilidades de juego y la capacidad de los niños para enfrentar desafíos y desarrollar confianza.
Es importante continuar reflexionando sobre estas tensiones y buscar formas de crear espacios públicos que permitan a los niños explorar, experimentar y aprender a través del juego.
Patricia Sarlé nos invita a comprender la importancia del juego en la infancia desde diferentes perspectivas. El juego no solo es una actividad divertida, sino también una herramienta fundamental para el aprendizaje y el desarrollo de los niños. Es a través del juego que los niños construyen sentido sobre la realidad, desarrollan habilidades cognitivas y sociales, y experimentan el entorno que les rodea. Además, el espacio juega un papel crucial en las experiencias de juego de los niños, y es importante crear entornos que fomenten la exploración y la experimentación. Siguiendo las reflexiones de Sarlé, podemos promover un enfoque educativo que valore y promueva el juego como una estrategia de aprendizaje fundamental en la infancia.
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